ENTREVISTA A MEMO

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¿Dónde está Guillermo García Cantú?

El clásico villano figura en Camaleones (canal 2, 18:00 horas), producción de Rosy Ocampo, acumulando más de una veintena de telenovelas en su trayectoria de 23 años.

Guillermo, de 49 años, hizo su debut en la telenovela El Engaño, al lado de Erika Buenfil en 1986, a las que siguieron Cuando Llega el Amor, Marimar, La Intrusa, Código Postal, La Madrastra y Fuego en la Sangre, entre otras.

* Un villano temperamental

-Guillermo, eres de los actores que transmite su placer por hacer villanías...

-Se debe ser convincente como actor, de otra manera se cae en el riesgo de hacer personajes burdos, débiles y acartonados. Claro que la labor no es sólo de uno, sino de todo un equipo, comenzando por el guionista, los adaptadores, los directores de cámaras, de escena, de locación y los productores.

-Tu caso es contrario a los actores que les preocupa encasillarse, ¿es así?

-Más que hacer buenos o malos, se debe tener y proyectar intensidad cuando se es actor. De nada sirve un buen guión si no se transmite emoción. Los personajes de villanos me gustan porque tienen matices, son diferentes y actualmente porque ya no hay malos, malos, eso impide que uno se encasille.

-¿Cuáles villanos consideras que te han identificado con el público?

-Son varios, pero aún hay gente que me dice Demetrio Rivero (por La Madrastra), o por mi papel en Fuego en la Sangre, con las escenas al lado de Susana Zabaleta. Son mis mayores satisfacciones.

-¿Cómo apareces en Camaleones?

-Soy don Augusto Ponce de León, un alto oficial que tiene una gran influencia en el Colegio San Bartolomé, una de las escuelas de mayor prestigio y autoridad, dispuesto a ayudar con una beca a Ulises (Pee Wee), de extracción humilde. Soy padre de Sol (Sherlyn), quien también estudia ahí, y esposo de Edith González, la directora. Es una telenovela divertida, con toques de buen humor y en un horario juvenil, pero familiar. Habrá para todos los gustos y considero que con una productora como Rosy Ocampo lograremos convencer al teleauditorio.